sábado, 2 de julio de 2016

NO HAY EXCUSAS PARA SER VICTIMAS DEL DESCONOCIMIENTO

Tres técnicas para trabajar la lectura comprensiva




Leer no es sólo pasar la vista sobre cada línea escrita o convertir códigos en sonido cuando la lectura es oral. Si la intención es comprender la información que se ofrece, será necesario interpretar el significado del texto. Las técnicas de lectura comprensiva ayudarán a lograrlo.

Comprensión lectora
La lectura de comprensión es un proceso complejo en el que se ponen en juego los conocimientos previos sobre el tema y la habilidad crítica del lector. Por eso, no existen interpretaciones únicas.
Para alcanzar un nivel elevado de lectura comprensiva habrá que cuestionar las ideas del texto, por supuesto, con argumentos y criterio propio. Esto ocurre de manera progresiva y por etapas, durante las cuales el lector construirá sus propias hipótesis.
La elección de lecturas que despierten el interés propiciará una actitud reflexiva que conlleve a la mejor comprensión del contenido.

Técnicas de lectura comprensiva

En el libro Estrategias docentes para un aprendizaje significativo, Díaz-Barriga y Hernández Rojas (2002) mencionan tres momentos importantes: previo a la lectura, durante la lectura y después de ésta.
En cada uno de ellos podrán aplicarse diversas técnicas orientadas a mejorar la comprensión lectora.
  • Subrayar
Cuando se tiene un texto para leer, se marcará con líneas u otros recursos que permitan destacar las palabras clave o las frases más relevantes. Es preferible subrayar las ideas principales o palabras concretas en una segunda lectura. Se debe enfocar la atención en los sustantivos o verbos.
También se pueden hacer breves anotaciones al margen sobre lo que trata cada párrafo.
En ocasiones, los párrafos introductorios no necesitan subrayarse, porque sólo ofrecen información de acercamiento al tema que no resulta relevante para los propósitos de síntesis.
El subrayado permite sintetizar el texto, establecer diferencias entre los aspectos fundamentales y los secundarios, así como concentrarse en la lectura.
  • Resumir
El proceso de subrayado facilitará la redacción individual de resúmenes que se realizan con ayuda de las ideas principales de cada párrafo.
La objetividad debe caracterizar esta reestructuración textual que, con palabras propias del lector, reflejará las ideas del escrito.
Reducir el volumen de información de un texto facilitará su repaso posterior.

  • Elaborar esquemas

Los esquemas contribuyen a la jerarquización de ideas. De manera activa se grafica la estructura básica del contenido, por lo que será más fácil recordarlo después.
Esta forma de representación visual relaciona las ideas principales, secundarias y de menos importancia, una herramienta que se aleja de la simple memorización. Existen diferentes tipos de esquemas según la estructura que se les dé gráficamente, pero lo esencial es ubicar las ideas por orden de prioridad.


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